31 octubre 2013

0 ¿QUÉ QUIERES SER DE MAYOR, RICO?


Cuando uno era niño, hace ya la tira de años, los chaveas queríamos ser médicos, profesores, fontaneros, conductores de tranvía o de autobús. Sólo a alguno que había por allí, algo tontín, se le ocurría decir que él quería ser ministro. Los años pasaron, y con el desarrollo económico, llegaron nuevos deseos infantiles para cuando fueran mayores, esto es, hombres de provecho. Algunos chaveas ya querían ser astronautas, pilotos o ingenieros de caminos, canales y puertos.

Pero en esto que llegaron las telecacas privadas y la idiotez colectiva, tanto política como económica, etc (ponga usted en el ecétera lo que quiera, que todo cabe). Y entonces las cajas tontas, y la sociedad entera, comenzaron a llenarse de unos tipos y tipas insustanciales, analfabetos, algo cretináceos pero listos como el hambre en trincar dinero con exclusivas gilís, vivir del cuento y contar chorradas. Eran, y son, los famosetes de trapillo. Así que los niños de ahora, o al menos una parte, han cambiado de héroes y de aspiración profesional. De mayores ahora quieren ser "famosos". Esos que salen a todas horas en las telecacas mostrando cachas o tetas, diciendo vulgaridades, alardeando de la vida que se pegan. No dan un palo al agua y se les nota a estos cachorros de la fama. Y escribo cachorros porque la inmensa mayoría no sobrevivirá al próximo invierno pero no importa, las telemierdas y demás compañeras de mal olor tienen preparadas nuevas hornadas en su nevera. Al fin y al cabo sólo necesitan dar una patada en el suelo y salen tropecientos mil de estos famosetes. Y no veas los que saldrán de esta infancia que los tiene encumbrados cuando consiga hacerse mayor... algún siglo de éstos.

27 octubre 2013

0 MANTRAS DE LA ECONOMÍA


La economía, a falta de que sea una ciencia (en realidad es pura quiromancia aplicada al pasado), es experta en mantras. En la época de las vacas gordas tiene unos (ya se me olvidaron) y en la de las vacas muertas de hambre, otros (estos no se me olvidarán en la vida). Por ejemplo: “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Mamones, habréis vivido vosotros… Hasta en los mejores tiempos había millones de parados y los salarios han sido en España, junto a Portugal y Grecia, los más bajos de la Unión Europea. “Los mercados han perdido la confianza”. O sea, que los que tienen la pasta quieren ganar aún más pasta a costa de la sangre ajena. “Estamos levantando el vuelo”. Vosotros, porque el común de la ciudadanía está en el subsuelo. “¡Es la economía, estúpidos!” En realidad quieren decir: Sois unos estúpidos por hacerle caso a la economía. “Está mejorando el cuadro estructural de la perspectiva económica frente a los retos del futuro”. O sea, me cago en vuestra parentela y ni os enteráis. “Sin competencia no hay libre mercado”. Traducción: La competencia es buenísima siempre que se aplique en los negocios ajenos. “Si no hay flexibilidad en el mercado de trabajo no se podrán crear puestos de trabajo”. Además del mal olor que destila la frasecilla también apesta que para vivir arrastrándote por el suelo te tengan antes que cortar las piernas. “No servimos para nada pero somos imprescindibles”. Eso no lo dicen los economistas y sus mamporreros, eso lo decimos nosotros.

23 octubre 2013

0 22-O: NUEVO DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN ESPAÑA


En nombre de los derechos humanos, a partir de hoy empezarán a salir de la cárcel varias decenas de pacíficos terroristas, unos cuantos violadores de viejecitas y un número indeterminado de psicópatas bienintencionados. Desde hoy, en nombre de los derechos humanos, miles de españoles comparten y se alegran con tan justa medida, lo cual ya es para nota: triunfa el Estado de Derecho, afirman sin que se les caiga la cara de vergüenza. En nombre de los derechos humanos, los políticos españoles y sus felpudos, los jueces a los que nombran, han demostrado hoy que son capaces de pensar y actuar a una velocidad cercana a la de la luz, perdiendo el culo en cumplir en horas la sentencia de Estrasburgo, cuando en otros menesteres mucho más importantes son incapaces de moverse ni un milímetro. ¡Con qué rapidez se movilizan en la indignidad! 

Venimos sosteniendo desde hace tiempo que lo que disfrutamos en muchos países occidentales (y con mayor lujo y esplendor, en España) no es una democracia sino una idioticracia: unos mandatarios que se creen listísimos pero que son completamente idiotas (así nos luces el pelo) gobiernan sobre una ciudadanía a la que toman por imbécil, la cual acaba finalmente asumiendo dicho rol pues no serlo es un mal negocio. 

Tenemos un país y una historia que nos merecemos a pulso. Somos cretinos hasta los tuétanos y, lo más gracioso, es que fuera ya lo saben. Un puto país con seis millones de parados y doce de golfos, entre los que se cuentan unos gobernantes mangantes que se atreven a decir que estamos saliendo de la crisis (¡capullos, no saldremos hasta que no se reduzca el paro en al menos cuatro millones!) o un banquero botinesco que se alegra de vivir buenísimos tiempos. Un país donde los locos están en el puesto de mando central y autonómico mientras que los cuerdos se mueren de asco o se van fuera. 

En Spain mucha gente honrada (a la que se fríe a impuestos para así poder costear a tanto locato y chorizo) está empezando a pensar si no estará más segura en la cárcel en vez de en la calle: te pagan el hotel y el rancho, te dan unos días de vacaciones de vez en cuando, si te pones malito te envían la ambulancia y el médico en cuestión de minutos y, sobre todo, no has de bregar con delincuentes, asesinos, mangantes, robaperas, políticos, jueces, periodistas de alta alcurnia y baja cama u otra gente de afín ralea que se mueve a sus anchas por las calles de nuestras ciudades. En la cárcel tienes todos los gastos pagados, no das golpe y encima no pagas impuestos. ¿Cabe mayor dicha? Incluso un buen día alguien de Estrasburgo, gracias a los “buenos oficios” de algunos imbéciles de partido y toga, consigue que te echen a la rue con indemnización millonaria y así puedes irte ¡por fin! a un país decente a disfrutar de la vida, aunque allí haya menos bares y la tortilla de patatas se haga con aceite de colza.


Qué asco de país y de parte de su paisanaje, empezando por los que están arriba y terminando por muchos de los que están abajo, presos del opio del fútbol, de la marihuana de las telemierdas, del hachís de la mala educación e instrucción, de la heroína de unas clases dirigentes políticas, económicas y justicieras incapaces de ver más allá de sus narices, pero eso sí, tocándo las nuestras a todas horas. 

En la idioticracia algunos, como la Corte esa de Estrasburgo, lo tienen muy claro: derechos humanos para los terroristas y paro, hambre y miseria para los que –pobres idiotas- todavía no se han dado cuenta lo barato que sale poner una bomba o violar a una niña. La honradez nunca ha sido un buen negocio en Spain.

Veamos algunos ejemplos de derechos humanos en este nuevo día conmemorativo de los ídem: “El Constitucional avala despedir a una gestante en periodo de prueba”. “Una profesora denuncia que los servicios de seguridad del Congreso le obligó a desnudarse” (Encima va la tonta, creo que es Catedrática de algo, lo cual agrava su tontez, y y se deja). “España está también bajo el ojo del espionaje masivo de Estados Unidos, aunque al gobierno no le consta”. "La Audiencia absuelve al etarra Txeroki de un atentado en Denia por falta de pruebas". Menos mal que algunos están "peor": “Los griegos son un 40 % más pobres que en 2008 tras el rescate europeo.”

¡Felices derechos humanos, cretináceos! Ah, que no se nos olvide lo más importante: “Pp y Psoe prorrogan por tercera vez la elección del Poder judicial”. Peperos y sociatas se reparten la miseria judicial a plena luz del día, como buenos hermanos en la corrupción y el mangoneo. Mientras haya miles de idiotas que les voten… 

El patio y los reinos de taifas andan tan idiotizados que uno, en su modestia, aprovechando día tan infame como el de hoy, ha decidido mandarlos definitivamente a hacer gárgaras. O, como dijo el clásico, más finamente: ¡a la mierda! 


NOTA: Con esta entrada finaliza nuestra bitácora "Tocando el violón". Diez años repartidos entre "Paridas grillescas", "Por el arco del triunfo" y este "Violón" han dado para mucho pero es inevitable el "the end" actual fruto del agotamiento y el cansancio inevitables tras una década de trabajillo blogueril sin desmayo. Pese a lo cual, cualquier día, mes o año de éstos lo mismo regresamos con otro invento o fórmula blogueril. Mientras tanto, saludos y colorín colorao, este cuento se ha acabao...



20 octubre 2013

0 MARCHANDO UNA DE LACITOS ROSAS

De unos años a esta parte no hay día en que no se celebre o recuerde algo. Así que ayer fue el "día del cáncer de mama". ¿Y para qué sirve tal día? Pues para que todo el mundo, especialmente el que vive de la propaganda y del escaparate social, se "solidarice" con las mujeres que han tenido o tienen un cáncer de mama. Es curioso, pero también hay hombres que lo padecen, aunque en proporción con las féminas, son minoría. Y es curioso que la palabras "pecho" o "teta", las habitualmente usadas,  hayan sido arrinconadas por la mucho más aséptica de "mama". Aquí, cuando algunos se ponen en plan finolis y meapilero, no dan puntada sin hilo.

Como es natural, nadie en su sano juicio (aunque cada vez hay más locatos que ponen tanta efemérides en cuestión)  se atreve a decir en alto lo que muchos hablan en susurros: que la solidaridad con la desgracia ajena no se soluciona con lacitos rosas (¿todavía, a estas alturas, seguimos con el rosa femenino y el azul masculino?) ni lanzando miles de globos rosas al cielo, ni produciendo decenas de spots publicitarios, ni llenando el WhatsApp del color de la más famosa pantera televisiva. Esto de la solidaridad a golpe de corneta publicitaria me suena a simple manipulación de masas. "Estoy contra el cáncer de mama", "Es una enfermedad muy dura", "Se sobrevive"... Vale, ¿y....? Hasta el año que viene, ¿no?

Uno reconoce que hay gente de muy buena fe a la que sólo se le ocurre llevar un lacito rosa los 19 de octubre pero, ¿qué decir de todos aquellos que, teniendo capacidad de actuación en el tema, sólo aprovechan el mencionado día para salir en los medios y lavar su imagen? ¡Si hasta los equipos de fútbol se han puesto el lacito! Un pequeño e ingenuo gesto que, multiplicado por millones de personas en el mundo, hará desaparecer el maldito cáncer. Si es eso lo que se pretende, bienvenido sea, aunque parecerían más lógicas otras propuestas:

Exigir a los representantes públicos que las personas con cualquier tipo de cáncer no tengan que pagar nada del tratamiento. (Curiosamente, desde hace poco, un nuevo recorte obliga a pagar el 10 % del tratamiento. Los hijoputas del recorte seguro que también se han puesto el lacito rosa y han soltado unas lagrimitas por tan dañina enfermedad).
Contemplar en la legislación laboral que ninguna persona enferma de cáncer pueda ser despedida, ni durante el transcurso del tratamiento curativo, ni durante los años posteriores hasta una previsible curación.
Popularizar los estudios de diagnóstico preventivo del cáncer  y examinar a todas aquellas personas que, dentro de su familia, hayan tenido algún caso diagnosticado. 
Vender a diestro y siniestro los valores preventivos básicos que puedan diferir o impedir la aparición del cáncer (con programas televisivos, por ejemplo, pues basta ya de usar la tele como mero estercolero): situaciones de estrés, mala alimentación, polución medioambiental, etc. Por supuesto, nada de eso se hace, ni desde las esferas públicas ni desde el ámbito privado de cada cual. 
Investigar, denunciar y prohibir todas aquellas sustancias y alimentos que están en el punto del origen de cierto tipo de cánceres, como el de mama: desodorantes, por ejemplo.

En este mundo maravilloso de Alicia, en el que está instalada una gran mayoría de los ciudadanos más pudientes del planeta (nadie se imagina el tingladillo de los lacitos rosas en un país muerto de hambre), no estaría de más que se debatiesen cuestiones tan simples como ésta: ¿el cáncer de mama está relacionado con la incorporación de la mujer al mundo laboral salvaje? ¿tiene mucho que ver con el doble trabajo que la mayoría de las mujeres trabajadoras realizan, tanto en casa como fuera de ella? ¿el uso y abuso del tabaco, alcohol y otros medios depredadores de la salud humana, incorporados por muchas féminas en su nuevo rol moderno de igualdad (en lo peor) con el macho, tiene algo que ver con la proliferación de cánceres que antes no abundaban tanto, como es el caso del de mama?

Sabemos que hay preguntas que son muy incómodas, pero no estaría de más que -aunque sólo fuese el 19 de octubre- se contestasen por esa patulea de expertos que inunda el mercado y que suelen callarse como muertos salvo cuando son contratados por el poder político para elaborar dictámenes y dossieres que a éste le vienen cojonudamente. Sabemos que la buena conciencia, y la inanidad de nuestras maravillosas y entretenidas sociedades occidentales, se cura muy baratamente: un lacito rosa aquí, uno negro allá... pero no estaría de más un compromiso más profundo, personal y colectivo, con las raíces profundas que están llevando a que el cáncer (no  sólo el de mama) sea la enfermedad del presente, junto al infarto y los accidentes de tráfico. ¿No tiene nada que ver todo ésto con nuestro maldito estilo de vida? ¿Admitiríamos un impuesto especial para investigar, prevenir y curar el cáncer? ¿Es digno y decente que un investigador del cáncer cobre infinitamente menos que un futbolista o actor famoso, que un politicucho de mierda o que un empresario que fabrica chorradas?

Aquí entendemos todo pero somos muy remisos a aceptar muchas actitudes que pasan por bienpensantes y lustrosas, así que el famoso lacito rosa nos importa bien poco si no va a acompañado de una actitud militante, crítica, feroz incluso, contra lo que estamos haciendo fatal en la lucha contra esta y otras enfermedades. Avanzamos a paso de tortuga porque, en el fondo, la fabricación del cáncer ajeno sigue siendo un BUEN NEGOCIO. A buen entendedor...   

16 octubre 2013

0 BILINGÜISMO

Juan Manuel de Prada es un escritor que -especialmente en su faceta de articulista- no deja indiferente a casi nadie. Así debe ser pues voces "correctísimas", incapaces de mojarse, ya tenemos hasta el hartazgo. En el violón no hacemos ascos a nadie, piense lo que piense, siempre que hable clarito y con razones de peso. Es el caso del artículo seleccionado hoy para nuestra selecta copistería: una crítica muy fundada a esa nueva corriente pedagógica mal llamada "bilingüismo" que, en su práctica cotidiana, no deja de ser un mero parche o embuste. Un bilingüismo que, más que dotar de dos lenguas a los escolares, les procura un doble analfabetismo funcional. De esto ya hemos escrito en alguna ocasión, pero mejor será ver las razones que aporta Prada en un debate que, por el momento, está cerrado a cal y canto por los meapilas de turno. Ni "bilingüismo" es lo que se imparte en los colegios ni va a resolver los graves problemas educacionales que tenemos, pero a ver quien es el guapo que desenmascara todo esto sin que le rompan los dientes. Prada es capaz y por eso lo traemos hoy al violón.


Quisiera proseguir la denuncia de algunas patrañas en torno al aprendizaje de lenguas extranjeras. Sin duda alguna, la patraña que mayor predicamento ha alcanzado en los últimos años es el llamado 'bilingüismo', nuevo banderín de enganche de la propaganda política, que prometiendo escuelas donde los niños salen convertidos en analfabetos en dos idiomas consigue allegar el voto de los padres, ingenuamente convencidos de que la educación bilingüe será el salvoconducto que asegure a sus hijos un futuro plácido. Decía Gracián que el hombre nace engañado y muere desengañado; pero nuestra época se destaca por conseguir mantenernos engañados hasta la muerte. Existe un bilingüismo natural, que es el de quien tiene padres que hablan lenguas distintas, o el de quien vive en sociedades donde conviven varias. Quienes tienen la suerte de crecer en estos ambientes desarrollan, en efecto, un conocimiento parejo de varias lenguas, que ejercitan alternativamente, según el interlocutor o la actividad que desempeñen. Cosa muy distinta es el bilingüismo al que nos referimos, que consiste en meter con calzador en la escuela una serie de horas lectivas en un idioma extranjero para que los niños supuestamente aprendan a manejarse con él, tanto de forma oral como escrita. Este segundo bilingüismo, sin el apoyo del primero, me parece un completo disparate; y causa concurrente en el deterioro educativo que padecemos.

• Habría que empezar significando que, salvo en casos excepcionales, el término 'bilingüismo' es un eufemismo que disfraza la intromisión abusiva de la lengua inglesa en la enseñanza, fruto de la admiración idolátrica y gilipollesca que nuestros politiquillos profesan a lo anglosajón (y, en especial, a lo yanqui) y de los intereses aviesos de la plutocracia internacional, que ha convertido el inglés en una especie de koiné o lengua franca universal que favorece -junto con unos conocimientos rudimentarios de informática- la creación de un nuevo proletariado (sin prole) al que puede desplazar geográficamente a su antojo, a cambio de cuatro monedillas. En contra de lo que la gente ingenuamente cree, en la inmensa mayoría de los trabajos el conocimiento del inglés es por completo innecesario: lo es, desde luego, en aquellos trabajos que no exigen comunicación internacional; y podría serlo, en gran medida, en aquellos que la exigen, a poco que los españoles nos hubiésemos esforzado en imponer nuestra lengua. Es comprensible que un holandés o un noruego requieran una lengua franca para manejarse en sus transacciones, porque las suyas son esotéricas e irrelevantes; pero resulta más incomprensible que la nación que llevó su lengua a todo un continente haya renunciado a imponerla en foros internacionales de forma tan lacayuna.

• No entraremos a discutir si el aprendizaje del inglés mejora las posibilidades laborales de un joven: en algunos casos, sin duda, así será; en otros, sospecho que solo facilitará su explotación laboral y su desarraigo. Pero quisiera centrarme en otro aspecto siniestro del bilingüismo en la enseñanza, que ha convertido las aulas en un pandemónium grotesco, en donde los niños reciben clases en un idioma que no entienden, sobre disciplinas importantísimas que deberían explicarse en español. Un maestro de primaria en una escuela bilingüe me contaba el otro día las situaciones rocambolescas a las que le obliga su empleo: mientras en clase de inglés está enseñándole a los niños palabras tan elementales como los días de la semana (pues son niños que ni siquiera conocen la gramática española), en clase de Conocimiento del Medio (designación gilipollesca que sustituye a la más clásica de Ciencias Sociales y Naturales) tiene que hablarles en inglés sobre la formación de las montañas o el proceso de polinización de las plantas. Por supuesto, sus alumnos no entienden ni jota, por lo que este maestro tiene que emplear todas sus energías en dotarlos de un vocabulario previo que haga inteligibles sus explicaciones; inevitablemente, tales explicaciones serán siempre en un inglés rudimentario, con la consiguiente rebaja en el nivel de los contenidos. Al final del curso, sus alumnos no han aprendido nada de geografía ni de biología; y, en cambio, tienen la cabeza llena de palabros absurdos en inglés que olvidarán a los pocos meses, por falta de uso. De este modo, tales alumnos podrán llegar con el tiempo a chapurrear inglés, a la vez que serán unos perfectos indocumentados en las disciplinas que les enseñaron en esta lengua. Y todo ello, por supuesto, mientras el conocimiento del propio idioma es cada vez más lastimoso. Así se forman sucesivas generaciones de analfabetos bilingües.
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13 octubre 2013

0 LA CURPA DE TÓ LA TIÉ LA FEÍSIMA DE LA ALAYA


El otro día, cuando a la juez Alaya le dio por ir a la caza y captura de varios sindicalistas trincones (más algún banquerucho y empresariote amigos de lo ajeno), a la hora de dormir, un centenar de camaradas se fueron hacia el juzgado para amenizar con sus gritos (habitualmente poco imaginativos) la declaración de los mangantes ante la juez, más que nada a ver si ésta se acojonaba y no sólo los dejaba en libertad sino que -encima- les daba una indemnización en desagravio. Ya se sabe que en este país todo el mundo es honrado y decente hasta que no se demuestre lo contrario, pero algunos parece que -aunque los pillen con las manos en la masa- lo han sido, son y serán siempre por obra y gracia de pertenecer a un sindicato de "clase", o a un partido político o a una "clase" empresarial y financiera cuyos negocios son siempre lícitos y honrados. A ver, ¿quién es el imbécil que cuestiona tan sacrosanto dogma?

El mundo se divide en clases, según el famoso discurso marxista. Sólo que en estos tiempos desnortados y cleptómanos (en lo material y en lo intelectual) la clase de los buenos la forman los que trincan y la de los malos, los trincados. 

Siguiendo este sencillo razonamiento allí estaban por la madrugá haciendo un escrache a la jueza. Por tonta, pues lo que tendría que haber hecho desde hace tiempo es mirar para otro lado, pasar los papeles a otros colegillas con las espaldas más anchas o haber aceptado algún premio gordo por dar  cerrojazo al asunto. De un tiempo a esta parte, eso es lo que muchos esperan de un funcionario público. Pero como no se fían (y hacen bien), y con algunos fallan los sistemas de control (el miedo, el mobbing, la resignación, el dedícate a cobrar a fin de mes y cierra ojos, boca y oído), han montado desde hace años una administración paralela para que se dedique a realizar ese trabajo sucio que muchos funcionarios honrados no quieren hacer, pese a los beneficios que eso tendría para su salud física y mental. 

Formando parte de esa administración paralela, en Andalucía, el reino de taifas que nos cae más a mano, están los sindicatos UGT y CCOO (el resto de la peña son considerados como apestados) y la domesticada patronal. Más de treinta años llevan "concertándose socialmente" para que Andalucía sea una balsa de aceite para el partido gobernante, el mismo de siempre -PSOE- y lo que te rondaré morena. Así que todo queda en casa, bien controlado, junto a los primos hermanos de IU, dispuestos a echar siempre una mano si los bárbaros del sur -el PP, de fuerte olor a rancio y sideral ineptitud política- amenazan en alguna ocasión con ocupar el castillo de la Junta. 

Y eso estaban haciendo esa noche las huestes más arrojadas de los dos "grandes" sindicatos: intimidar a la juez con las habituales soflamas que aplican cuando quieren tenérselas tiesas con quien les lleva la contraria. Y la contraria, la juez Alaya, quería empapelar a unos inocentones miembros del sindicato que -parece, es posible, puede ser, hay indicios...- se lo han llevado crudo para luego repartirlo entre los pobres, por supuesto. Si esa noche, huérfana de sindicalistas airados, usted o yo, seres anónimos y vulgares, hubiéramos acudido al juzgado a ciscarnos en esa u otra juez porque estaba empapelando injustamente a un familiar o amigo, ¿adivina cuántos segundos habría tardado la policía en quitarnos de en medio y a cuánto ascendería la multa por atentado a la autoridad? Los sindicalistas (y otros miembros y miembras del mundejo politiqueril) tienen barra libre para despotricar contra quien sea pues ellos tienen libertad real de expresión, no los muertos de hambre y los lobos solitarios. Ellos, los sindicalistas y políticos, son los que hablan en nuestro nombre, claro está. Por eso cobran y por eso son inmaculados y traslúcidos.

Al día siguiente, el vicepresidente de la Junta (un vivales que lleva sin dar un palo al agua, viviendo del cuento, desde hace treinta años o más) defendía la actuación de los airados sindicalistas. Incluso los sindicatos, a través de sus portavoces, han manifestado días después que su protesta no iba contra la juez. En fin, la sinvergonzonería politiquera de siempre: el ciudadano es tonto de capirote y le podemos decir que dos y dos son cinco porque se cree que los burros vuelan. ¡Oye, y qué bien les va a estos tíos con semejante langostinada!

Algunos ciudadanos durmientes han tenido una ocasión más de despertarse viendo cómo se las gastan estos impresentables cuando son ellos los que están siendo investigados, por chorizos y trincones. Otros ciudadanos, recién levantados de la siesta, piensan que la juez Alaya está pisando tantos callos que cualquier día la mandan con el carrito al otro barrio o le quitan el carnet de empapelar delincuentes. Tranquilos: no harán falta métodos tan excepcionales porque, más arriba de la juez, todo el follón está "democráticamente" atado y bien atado. Los chorizos (véase el final del caso Malaya) brindarán con champán en la sala de vistas y podrán vivir felices y contentos en su chalé con la cartera bien repleta y la honra por las nubes. El final de la villanía y de la farsa ya está escrito desde hace tiempo (¿a qué creen que ha venido Susana sino a rematar la faena de aliño?) y sólo hace falta que (date prisa, juez, la instan desde todos lados) se acabe la instrucción para que todo lo hecho por Alaya se vaya a hacer gárgaras y aquí paz y después gloria. La paz de los muertos y la gloria de los "vivos". 

11 octubre 2013

0 CASO MALAYA: ROBAR LO PÚBLICO SALE GRATIS


Después de un proceso judicial larguísimo en años y en coste económico (que pagamos los de siempre: los pringaos que todavía tenemos una mierda de trabajo) se hizo la luz y el tribunal evacuó sentencia: pssshhh, pelillos a la mar, seamos buenos con el prójimo, al fin y al cabo el dinero público no es de nadie, la cárcel es muy dura, estos señoritos y señoritas no están acostumbrados a las estrecheces,  chimpún, tararí que te ví, hola y adiós.

El caso Malaya acaba de cerrarse con 43 absoluciones de los 95 imputados y a los que les ha caído algo de pedrea carcelaria se les darán las facilidades habituales para que la conmuten por cromos y pegatinas de modo que estén en su chalé (pirateado) más pronto que tarde. Un regalito justiciero que provocó una reacción de algarabía, trapisonda y cachondeo en los acusados, digna de una noche de farra. De ahí que los susodichos se abrazaran efusivamente dándole algunos al champán en plena sala (eso cuentan las crónicas de sucesos). Los más lanzados por la euforia ya han anunciado su intención de recurrir a instancias superiores porque, puestas así las cosas, lo mismo el más alto tribunal les condena a cobrar del Estado una suculenta indemnización por haber dejado a Marbella desplumada y en pelotas. ¡En un país de artistas como éste, tanto arte hay que premiarlo y no condenarlo, joder!


Entre las leyes que tenemos en este país de políticos choriceros (lógicamente, confeccionadas por una parte importante y significativa de los mismos), tan blanditas y condescendientes con los amigos de los ajeno, y la casta judicial que se la coge con papel de fumar cuando tiene enfrente a políticos, banqueros, empresarios o famosetes de diversas faunas, al final es lógico que las sentencias sean lo que son: un venir y vamos todos con flores a María. 

Habría que empezar diciendo que los primeros responsables del caso Malaya fueron los miles y miles de marbellíes (luego la enfermedad se extendió a otras partes de la Costa del Sol) que votaron masivamente a un tal Gil y Gil, a quien dios guarde en el infierno. Mucho imbécil y panoli colaboró en el desembarco marbellí del presidente del Atleti. Un tiparraco (ignorante y faltón) indultado por la "justicia" franquista a pesar de tener sobre sus espaldas la muerte de 56 personas tras derrumbarse un edificio que había construido saltándose la ley. Esa era una de sus especialidades de modo que la corrupción municipal y urbanística estaba cantada con su llegada al Ayuntamiento.


El gratis de la sentencia del caso malayesco (¿por qué le llaman Malaya si es Marbella?) es una nueva vuelta de tuerca sobre aquel pecado original del que son corresponsables quienes votaron a semejante calamidad una vez y otra y otra... Once años, once, estuvo robando el camarada y sus cuates, a los que  luego sucedieron durante un tiempo otros que habían aprendido el arte del latrocinio al contacto con el gran patrón.  Ya se ve que hicieron el primo porque podían haber robado todavía más: en este país llevarse el dinero público a casa o a Suiza sale gratis si eres alguien, aunque sea un concejal o concejala de medio pelo. De eso se encargan los políticos trincones que hacen las leyes a su imagen y semejanza y determinados tribunales a los que el código penal les viene demasiado ancho. 

Ya sabemos, pues, en qué acabará -eso sí, tras largos años de proceso- el caso Bárcenas, el de los Eres de la Junta y sus sindicatos adictos, el de la Gurtel, el de Urdangarín y tantos otros que están costando un pastón al erario público: todos a la calle y sin devolver un puñetero euro. En la cárcel sólo hay plaza para los pringaos que pagan impuestos, los trabajadores honrados de sol a sol y los desgraciaos que no tienen donde caerse muertos.
 

08 octubre 2013

0 PERVERTIDOS SEXUALES


Hoy se producían dos noticias relacionadas entre sí más de lo que parece. La moza de arriba es una presentadora de televisión turca que, por aparecer en pantalla tal como vemos en la foto, ha sido despedida por el gobierno islamista de su país al considerar éste que el escote es "extremo" e "inaceptable". Mientras tanto, tres damiselas con las domingas al aire montaban un numerito circense en el parlamento español al grito de no se sabe qué (apenas se les entendía), aunque una casta ojeada a su tetamen podía descubrir cierto eslogan pintarrajeado por los alrededores. (Abandonado el pecho femenino como instrumento nutritivo para el recién nacido, al final se ha convertido casi exclusivamente en un reclamo sexual o publicitario).

Ambas noticias utilizan el sexo, mojigato en el caso turco, descarado en el español, para encubrir algo más profundo: en el primer caso, el reaccionarismo y el enloquecimiento de un gobierno turco islámico al que la libertad ajena, especialmente la femenina, le produce pavor y asco; en el caso de las chicas de Femen la estupidez de usar su cuerpo como reclamo para defender unas ideas, confundiendo las tetas con las témporas, las formas con el fondo.

En ambos casos comprobamos cómo el sexo sigue siendo para algunos (y algunas) no algo natural sino una enfermiza perversión. Para los austrolopitecus turcos el cuerpo femenino es fruto del demonio y debe ser reprimido y ocultado en la esfera pública. En el ámbito privado ya se encargará el macho de hacer ver a la doña quien manda en la mesa y en la cama. El motivo de este odio hacia la mitad de la humanidad se reviste de religión: el varón -por naturaleza- se excita en cuanto ve un centímetro de piel femenina y eso puede hacerle perder los estribos en plena calle, con lo que su dios creador se cabreará muchísimo. Por tanto: mandamos que la mujer vaya tapada desde las uñas de los pies hasta el cielo de la boca. Siendo las religiones más falsas que Judas, la realidad demuestra que los pervertidos no son los machos en general sino ellos en particular, los líderes políticos y religiosos que sostienen tan abracadabrantes milongas. Ellos son los pervertidos al estar obsesionados con el sexo y pensar sólo con el glande de su cerebrín, el único que tienen, el de la entrepierna.

En el caso del numerito habitual de las chicas de Femen la cosa también está meridianamente clara: muestran los pechos para llamar la atención, es decir, están convencidas de que si no lo hacen nadie les hará caso alguno. Además de sus gritazos histéricos estas barbies se pintorrean el cuerpo semidesnudo con el eslogan escogido para la ocasión, confundiendo la posible razón de su protesta -expresada en varias palabras pues las tetas de su cerebrín no dan para más-  con un exhibicionismo carnal que mea fuera de tiesto y, por tanto, digno de ser estudiado por sexólogos y psiquiatras de guardia. Nunca ideas tan dignas de debatirse y de prestar atención se diluyeron en envoltorio tan endeble.

Entre obsexos y exhibicionistas (o sea, gente nada normal) andaba hoy el juego entre Turquía y Spain. Ni política, ni religión, ni higos chumbos: pura y dura perversión sexual del gobierno turco y de las femen gritonas.

05 octubre 2013

1 LOS 130 KMS/H VAN POR FEUDOS Y BARRIOS


El gobiernín de don Marianín anda preparando una nueva ley de tráfico y seguridad (como si tráfico y seguridad fuesen compatibles) y, entre otras cosas, pretende que en algunos tramos pueda circularse a 130 kms/hora, algo que los conductores españolitos ya hacen en todas las autovías y autopistas a pesar del riesgo de una considerable multa. Los coches actuales pueden ir a esa velocidad con seguridad y eficacia pero no todos piensan lo mismo. Entre ellos los que se autoproclaman “ecologistas”, a los que el único vehículo que les priva es la bicicleta, aunque con esos ya contaba en contra. Pero don Marianín no ha caído en la cuenta, o sí, de que hay dos autonomías o naciones o lo que sea, País Vasco y Cataluña, que tienen competencias en la materia (o sea, que ellas “sí deciden” mientras que los demás reinos de taifas dependemos de lo que digan en “Madrid”). Como era de esperar, los gobernantes vascos y catalanes han dicho que nones, que ellos no aplicarán la medida de los 130 porque en Euskadi llueve mucho y es peligroso (en el resto de España y del mundo se ve que no cae una gota de agua) y porque en la vanguardia obrera de los Países Catalanes el parque móvil es viejo por culpa de la crisis y hay peligro. (Lo que no dicen es que el peligro es que subiendo el límite de velocidad habrá menos oportunidades de multar a los conductores y eso es inaceptable para un buen gobernante que se precie de serlo, como ellos).

Naturalmente, el gobiernín de don Marianín ya ha dicho que ellos aceptan lo que digan los camaradas vascos y catalanes pues por algo los tres gobiernos son más de derechas que un cojo y manco de la mano izquierda. Y como la derecha es plural por principio, pues eso, que unos tienen razón con lo de mantener los 120 y otros con subir a 130 aunque, ojo, sólo en ciertos tramos y según las condiciones generales del pavimento, clima y tal, con lo que seguramente don Marianín continuará la bella obra iniciada por su predecesor don Zapaterín, consistente en cambiar la velocidad a su antojo: de 120 pasó a 110, luego subió a 120 y ahora los alegres chicos del PP amenazan con subir a 130 según el día, la hora, el tiempo y hasta el horóscopo del conductor. Y es que los conductores, pobrecicos míos, son unos deficientes mentales que no saben adaptarse al tipo de carretera por la que circulan y al coche que llevan entre las piernas y manos. Aquí los únicos listos e inteligentes para definir el peligro son los jerifaltes políticos y los expertos que les lamen el culamen, aunque unos digan blanco y otros lo contrario de blanco, que esa es la política habitual de los amiguetes vascos y catalanes.

¿Y los conductores, qué? Parece que dicen en las encuestas que la idea de subir en determinados lugares la velocidad les gusta, place y provoca algún que otro orgasmo. Lo que no saben, angelicos míos, es que al final los 130 kms/h sólo se podrán hacer en autopistas de peaje. Las pobrecicas están siendo muy afectadas por la crisis y hay que echarles una mano. Me juego el volante y el pedal del freno a que al final así ocurrirán las cosas. Eso sí, el cuadro de las nuevas multas de tráfico va a pegar un subidón del carajo: es el otro gran objetivo de la ley que a don Marianín le están trajinando sus expertos entre siesta y siesta.

04 octubre 2013

0 CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE... IGUAL

Hoy hemos rescatado algunas viñetas seleccionadas de "El Papus", la revista satírico neurasténica que allá por los principios de los años 80 hacía las delicias de los que veíamos con escasa ingenuidad lo que se estaba cocinando en Spain. Unas viñetas que, en los tiempos que corren, mantienen plena actualidad.

01 octubre 2013

0 DE CUANDO ESCRIBIMOS: "ZAPATERO, CERO PATATERO".

 
El viernes 20 de mayo de 2005, tal como se puede constatar fácilmente, escribíamos en nuestras Paridas Grillescas un fermoso artículo de fondo titulado "Zapatero, cero patatero".  El camarada llevaba un año y un mes de mandato y, como a los melones, ya le habíamos calado. Quiero decir que ya sabiamos de qué percal estaba hecho, tal como indicábamos gloriosamente en el titular. Hasta que se fue del sillón presidencial  (21 de diciembre de 2001) pasaron tantas cosas en la misma dirección que -ya por intuidas y presabidas- nos producían más risa que lástima aunque conocíamos el final: España iba a quedar convertida en un erial, si bien hay que reconocer que el mérito no fue sólo de tan bello e inane ejemplar político.

Como hoy -siguiendo las más modernas técnicas burropedagógicas- nos hemos levantado con la necesidad de elevar y magnificar nuestra autoestima, se nos ha ocurrido rescatar el artículo que citamos más arriba para que así el posible lector pueda decir: pero qué listo, preclaro, adivino y perspicaz era el Puñetas por aquellos tiempos. Porque, encima, no sólo hablábamos de don Zapatero-cero-patatero sino también de los anteriores presidentes del gobierno de la democracia más reciente, esa que algunos llamamos lisa y llanamente, idioticracia. Pasen y lean a ver si no teníamos razón entonces. Ahora ya no sabemos ni la hora que es, ni en qué país vivimos, ni si estamos soñando o estamos muertos. Por no saber ya no sabemos ni lo que vamos a poder comer mañana, si es que hay algo que comer.

"En España, quizás como reminiscencia de que alguna vez fuimos un imperio, los gobernantes tienen tendencia a inmiscuirse en medio mundo, para arreglar lo que no tiene arreglo, mientras en casa dejan el cuarto de estar hecho una pocilga, los dormitorios con un metro de polvo y la cocina con restos de comida de dos décadas. 

Por no remontarnos mucho, recordaremos simplemente a los presidentes de gobierno de la reinstauración democrática. El primero, Adolfo Suárez, tuvo que hilar muy fino para hacer encaje de bolillos y pasar de una España de la dictadura franquista a un país democrático. Pese a tan difícil empresa tuvo tiempo para dedicarse a intentar resolver el problema árabe-israelí y alguno que otro de Hispanoamérica. Tras Adolfo vino Leopoldo, que duró cuatro días. Sólo le dio tiempo de pasar a la historia -junto a su piano- metiéndonos de patitas y sin avisar en la OTAN. Fue su gran contribución a la solución de los problemas de la sociedad internacional.

Luego vino Felipe el cariñoso, psocialista de jamón serrano (para diferenciarlo de los socialistas de pata negra), que pronto comenzó a aburrirse con los problemas nacionales: la vivienda, el paro, la sanidad, la educación…. Minucias. Así que se puso a resolver las grandes plagas de Egipto, de Palestina, de numerosas repúblicas de todos los confines del universo. Tan entretenido estaba (junto al tingladillo de la UE) que se enteraba de lo que pasaba en España por la prensa. Mientras el jefe trabajaba por la paz mundial, muchos de sus camaradas de partido trincaban, golfeaban y delinquían a manos llenas. Y él, capitán tan-tan de medio mundo, sin enterarse de la pomada. 

La ciudadanía decidió poner en su lugar a un señor opuesto, muy serio y burócrata, para que ordenara el piso y controlara a los trincones. Que le dieran morcilla a los problemas del orbe planetario. Y así empezó su labor el honrado Aznar, pero pasado algún tiempo se aburría como una ostra con los problemillas de su país: esa pesadez de los derechos sociales, controlar el robo de la vivienda y de la banca… Así que se metió en otros berenjenales, incluidos la declaración de guerra a terceros países. Tan ocupado estuvo con lo de Irak que ni se olió la que se preparaba en los trenes de Madrid allá por el mes de marzo. 


Como castigo, el pueblo (que es tonto, pero a veces tiene un olfato de sabueso) decidió regresar a la simpatía de los camaradas psocialistas, personificada en el bueno de Zapatero. En estas estamos tras un año de reinado. Y el que parecía tontito (algo le pasó al Rey de España, cuando lo cuidaba el franquismo), nos ha salido la mar de redicho y sorpresón. Un liante que, en un par de añitos, puede ahogarse en la telaraña que él solito ha construido sin necesidad. Su problema mayor es que, enemistado con los EEUU por un quítame allá unos soldaditos que ayudan sólo humanitariamente pero hacen bulto en el avispero de Irak, en el exterior tiene poco que hacer pues de su volubilidad no se fía nadie excepto el carcamal de Castro o el pelagatos Chavez, un deficiente mental que es capaz de calificar a Aznar o Bush como más totalitarios que Hitler. De modo que lo de imitar a sus predecesores metiéndose a arreglar el mundo mundial no va a ser posible, por mucha alianza de las civilizaciones que se haya sacado de la manga, y que sólo provoca hilaridad y ataques de risa en las cancillerías de medio planeta. Así que don Zapatero va a actuar dentro de España como si estuviera trabajando fuera de ella. 

Aunque lleva tan poco tiempo en la poltrona, el camarada ya está aburrido de los pequeños temas domésticos. No resolverá el problema de la vivienda (que en 8 años ha duplicado su precio), ni la inseguridad ciudadana, ni los abusos de poder de las grandes corporaciones, ni el analfabetismo educacional, ni las listas de espera en los hospitales, ni los miles de muertos en las carreteras… Quisicosas que deja a sus subalternos y subalternas, una camada de lo más estrambótica y peregrina, para que se entretengan en los ratos de ocio y salgan en la tele. A él le ponen los grandes temas. Sobre todo, dos: dar la vuelta al calcetín constitucional y de organización del Estado, para volver a ser un segundo Suárez, y apagar definitivamente el fuego del terrorismo etarra. Y en ello está. A cuerpo descubierto, sin paraguas y casi en pelotas. Con el principal partido de la oposición en contra (más de diez millones de votos), gobernando con el apoyo de un partido que odia todo lo que huele a español (ya lo saben hasta en Israel), echándose encima a las víctimas del terrorismo etarra (el vivo al bollo y el muerto al hoyo, nuevo eslogan de don Pepe Luí) y haciendo juegos malabares que lo mismo le explotan (nos explotan, que es lo peor) entre las manos y piernas. Por ello, porque ha empezado demasiado pronto a mirar a la gente con aires de suficiencia y porque ni se sabe a donde va ni de donde viene, la nota que en este final de curso escolar le pongo es de un cero patatero. 

Ojalá que el próximo curso estudie más y mejor, se lea los libros oportunos, se busque los apoyos adecuados y saque un sobresaliente o matrícula de honor. Más que nada por nuestro bien". 


MEJORANDO LO PRESENTE

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