Dejemos las sesudas reflexiones para otro día y limitémonos a situarnos ante las viñetas que estos días navideños de idiocia al cuadrado (en algunos casos, al cubo) se nos han ocurrido para matar el gusanillo de la sátira, el sarcasmo y el trapisondeo. El culto al cuerpo y el desprecio al cuerpo, o sea, más de lo mismo.
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