Dicen que la chochez llega a edades avanzadas pero tengo para mí que si el entorno que rodea está instalado en la idiocia y la estupidez, el reblandecimiento de las neuronas llega antes. Incluso hay gente que, bien jovencita, ya chochea por las esquinas. Hoy citaremos algunos casos que bien pudieran pasar con letras de oro a una antología de la chochez, la cual nadie ha escrito por ahora. “La homosexualidad es una deficiente sexualidad que se puede normalizar con tratamiento” —ha dicho, en plan sabiondo, el nuevo cardenal español Fernando Sebastián. No sabemos de qué historiales clínicos o sesudos estudios habrá obtenido semejante conclusión, o de qué experiencias personales. Lo que sí es indudable es que don Fernando ha llevado toda su vida una deficiente sexualidad, si es que se ha mantenido casto y puro. Es decir, ha ido contra natura. “Andalucía no es España, existió antes de que se configurara el Estado español y seguirá existiendo tras su caída” —ha escrito el alcalde vitalicio de Marinaleda, el Ilustrísimo Sr. Don Juan Manuel Sánchez Gordillo, de profesión complementaria, “asaltacomercios”. Esta bobada la ha dicho como “nacionalista internacionalista” que es, lo cual viene a ser como declararse “monárquico repúblicano” o “ateo creyente”. En el caletre y barba del ilustre caben todas las antinomias excepto una: la "sensatez/insensatez", hija de algo que no posee en el caletre: sentido del ridículo. Otro ejemplo de chochez, esta bastante precoz, es la de Alberto Garzón, un joven de 28 años que ha alcanzado el estrellato político demasiado pronto y que, por eso mismo, empieza a creérselo demasiado. Leo en “La Opinión de Málaga” que “ha acusado al Gobierno de actuar con "odio" en sus medidas contra la organización terrorista ETA y además hacerlo "al dictado" de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), a quienes se ha referido como ultras”. El camarada, que está rodeado de ultras como Gordillo, demuestra así que necesita unas gafas bifocales además de revisar algún diccionario político pues debería saber que hay ultras del ojo izquierdo y ultras del derecho. Sin embargo, Albertito sólo ve ultras por la acera contraria. Pues nada, chico, a Ulloa Óptico y te solucionan el problema de visión en un santiamén, aunque me temo que –a pesar de tu joven edad- tu defecto ya no tiene remedio. ¡Ay, chochez, que no respetas edades, ideologías, gobiernos u oposición! Sí, también va por vosotros, Marianín, Alfredito, Arturín, Susanita, Íñigo y demás patulea de politicastros y cantamañanas que nos puteáis la vida día sí, noche también.
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