0 CIERRA UNA TELECACA

Oh, qué pena, qué dolor de nalgas… Cierran la telecaca valenciana “Canal 9” y algunos se llevan las manos a la cabeza en vez de juntarlas en un aplauso continuo. Que lo hagan los trabajadores, vale, aunque ahora todos ponen a parir al gobierno valenciano cuando le han estado adulando hasta ayer mismo pues cualquiera que haya visto dicha telele (y el resto de las telecacas autonómicas públicas) sabe que están para lo que están: servir obscenamente al partido gobernante de turno usando el dinero de todos. Ya está bien de utilizar bastardamente el término “público”. ¿Cómo se puede sostener a estas alturas que la televisión es un servicio público, independientemente de su titularidad, tal como así aparece reflejado en la Constitución española? Servicio público del bueno es el que hace un panadero, un barrendero, un profesor, un bombero, un policía, un peluquero… pero ¿una telemierda? Quizás al principio de los tiempos de la TV, pero ¿ahora? Basta echar una ojeada a las programaciones de las telecacas (fijémonos ahora sólo en las de titularidad pública) para darse cuenta de la tomadura de pelo a que estamos sometidos los ciudadanos: nos crujen a impuestos para que otros tengan un espejito desde el que adularse, exhibirse, engañarnos, vivir magníficamente, controlarnos… ¿Dónde están esos grandes conciertos de buena música, los programas culturales, los debates, la investigación y denuncia periodística de las telecacas públicas españolas? ¿Es un servicio público, que debe ser pagado vía presupuestos del Estado con dinero de todos, el retransmitir un partido de la Champions, un telediario partidista, un concursete para oligofrénicos o un debate electoral reglado hasta las cachas? ¿Por qué tenemos que pagar impuestos para estas mamarrachadas, a través de las cuales engordan los politicastros de turno al tiempo que infantilizan y toman por imbécil al personal? ¿Somos masoquistas o qué? Noticias como el cierre de Canal 9 nos parecen de perlas: empresa en quiebra, plantilla sobredimensionada, dirigentes ineptos y chupones, clientelismo y manipulación política a troche y moche…. Ojalá pronto se vayan al carajo todas las telecacas de la misma camada. Si son tan necesarias siempre estará la posibilidad de cambiar de titularidad y, en vez de vivir de la teta pública, hacerlo desde el ámbito privado. Pero ni por esas… Sencillamente porque sú única misión es la servidumbre y la mangancia política de quienes las dirigen y ocupan.