Hasta ahora mismo había alimentos con determinada fecha de caducidad. La ley obligaba a ello: se supone que porque existían unos argumentos científicos que así lo avalaba. Pero ahora, con esto de la crisis, a los señoritos del gobierno les ha dado por alargar esa fecha de caducidad, seguramente también con avales científicos. ¡Faltaría más! El argumento general es que en la UE se tira demasiada comida a la basura (en España 7,7 millones de toneladas -ha dicho el ministro Cañete, ese de la cosa alimentaria).
Se inventaron la anterior fecha concreta de caducidad, se acaban de inventar la nueva de ahora, se han inventado lo de las toneladas (cada dato estadístico que usan es un embuste más) y así seguirán año tras año los trileros del poder politiquero: tomándonos a los ciudadanos por bobos, ignorantes y conejillos de indias. Cuando les interesa estiran o aflojan la manga, sacan dossiers e investigaciones muy sesudas (patrañas a medias) y barren para donde quieren según sus intereses o de quienes manejan sus hilos de marionetas. No sólo ocurre en el terreno del consumo aunque es aquí, porque juegan con la salud ajena, donde más daño hacen estos filibusteros cargados de "buenas" intenciones, entre las cuales la primera es tomarnos por idiotas.
Está ocurriendo algo parecido con los medicamentos: los famosos genéricos. Como no controlan el gasto sanitario porque tienen 17 sistemas de salud (a más burocracia, más se forran quienes la gestionan), se sacaron de la manga que los genéricos son iguales que los de marca, simplemente porque tienen los mismos principios activos. ¿Y el resto de porquerías que les acompaña, qué? Igual ocurre con las famosas marcas blancas de diversos productos básicos, las cuales tienen un precio que a menudo está muy debajo del coste teórico de producción y comercialización, es decir, que nos ofrecen duros a cuatro pesetas. ¿Es igual el pan de una tahona de leña que las gomosas migajas que tiene una barra de "pan" vendida por un chiringuito chino? ¡Anda ya! Algunos hasta se lo creen, quizás porque la pobreza del bolsillo obliga. En fin, ellos, los truhanes del poder, sí que son genéricos (valen tan poco que necesitan estar rodeados de tropecientos asesores) y en cuanto a lo de marca blanca, pues también es lo suyo: todos sus afanes son blanquear y parchear una democracia más negra que el carbón. La que hacen todos los días...
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