Los que se han declarado el recambio del cambio del requetecambio han sido los señores (y una damisela) de más abajo. Su objetivo: reparar tres siglos de opresión sobre su país. Sí, ellos ya estaban allí cuando ocurrió lo de 1714, el año cero de la maldad españolista. En un país (o nación de tropecientas naciones oprimidas) en que la historia importa un pimiento (es lo que suele suceder cuando se desconoce por falta de ganas y luces) sorprende el furor testicular y uterino de algunas y algunos buscando con lupa cualquier frase, hecho, pompa o circunstancia que pueda ayudarles a entender y comprender mejor lo que ocurre ahora 300 años y un día más tarde. Cosas de la neurastenia de los unos y de los otras pero que, además de hacernos la cusqui a los que pagaremos la jarana, nos va a provocar tal ataque de risa que no aventura nada bueno para nuestra maltrecha salud. La perla de Arturito el Independiente no tiene desperdicio ni risotada por lo que debería ser digna de figurar en el frontispicio de la estupidez idioticrática.
"DOS Y DOS SON SIETE Y ME LLEVO CINCO. TRES POR CUATRO SON OCHENTA Y ME LLEVO SETENTA Y TRES". (Las cuentas de Arturito, el matemático.)
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