23 noviembre 2012

2 EL INFAME DICTAMEN DE LA COMISIÓN DE LOS ERES

Por fin parió la gallina de la Comisión de Investigación de los ERES del Parlamento de Andalucía y parió un infame huevo en forma de dictamen que, si tuvieran vergüenza política y de la otra los componentes que han dado su visto bueno, les llevaría a largarse de la cosa pública en menos que canta un gallo. Justo antes de que la indignación popular les corriera a gorrazos. Pero, tranquis, colegas, que tenéis el cortijo atado y bien atado. No pasará nada y encima os darán una medalla por el enorme trabajo, la profunda autocrítica, la ingente investigación y el genial dictamen final, digno de figurar en los futuros libros de Historia y de Derecho. ¡Bravo, ñoras y ñores!

Pero, claro, alejar la vista del foco del problema y de los responsables del fraude de los ERES (que están en casita, son conocidos, amigos y residentes en el partido y aledaños), y encima tener la cara dura de enfocarla hacia otra gente e instituciones,  tiene el peligro de que algún aludido te la parta, a pesar de que la tienes de hormigón. Eso es lo que ha hecho don Manuel Gómez Martínez, interventor de la Junta desde el 2000 al 2010, al que la infame comisión pretende echarle un muerto de sus propios muertos. Lean su carta y verán lo que es bueno. 

Bravo, don Manuel, es usted un hombre libre (pocos van quedando) capaz de levantar la voz ante estos políticos tan impresentables que ya ni siquiera dan asco, sólo risa. Y lo ha hecho usted con una prosa perfecta, con una argumentación precisa y contundente y con la valentía que estos tipos sólo conocen en pintura. Mangonean el cortijo andaluz a su imagen y semejanza (de izquierdas se dicen los muy cínicos, como si tal concepto dependiese exclusivamente de la posición política de sus adversarios) creyéndose que el personal es tonto de capirote y que está a sus pies, fiel como un perrillo faldero. Por eso su actitud hace que a los ciudadanos decentes (que haberlos, haylos todavía) se les iluminen los ojillos de esperanza. Sí, quizás  en algún siglo de éstos la podredumbre y carcundia actual se vaya a freír espárragos. ¿No dicen que la esperanza es lo último que se pierde? Cuídese, don Manuel, porque la corrupción y los corruptos tienen las manos muy largas.  Su escrito al presidente del Parlamento andaluz habría que enmarcarlo y ponerlo justo en la entrada al mismo para vergüenza de una gran mayoría de sus actuales y antiguos miembros.   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien pensaba que I.U. iba a regenerar un poco la vida política andaluza es que andaba en las Batuecas. Hay algún caso aislado de alguna consejera y poco más. Esperar milagros del insolvente intelectual Valderas y sus cuates es más difícil que te toque el Gordo de la Navidad. Otra puerta que se cierra a los ciudadanos confiados, crédulo o incautos. Con esta tropa nos va como nos va...

Anónimo dijo...

Menos mal que quedan los jueces aunque no me fío mucho porque la mano de esta gente es muy alargada. Más confío en que alguno de los que han pillado, y a los que quieren echarle sólo el mochuelo, como el pardillo ese al que el partido ha abandonado a su suerte. Yo creo que más temprano que tarde cantará y pondrá pruebas sobre la mesa. No sería la primera vez.

MEJORANDO LO PRESENTE

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