Era allá por el 12 de abril de 2009 cuando publicábamos en "Por el Arco del triunfo" (nuestra visión satírica del deporte) esta viñeta a raíz de una campaña que se cernía sobre el ciclista americano Lance Armstrong en torno a su supuesto dopaje. En aquella ocasión la cosa venía a cuento porque el chuleta yanqui hizo esperar 20 minutos al vampiro que iba a hacerle un control antidoping creyendo que bastaba enarbolar la aguja ante el varias veces vencedor del Tour para que este se lo hiciese encima. Al final le pincharon pero aquel desplante se le quedó muy adentro a la Agencia Antidopaje y demás gente que vive de este cuento. Entonces escribíamos (fiándonos de un Armstrong que nunca había dado positivo pese a los tropecientos controles pasados) que "el Puñetas empieza a sospechar que algunas Agencias antidopaje y autoridades político-deportivas actúan también como una mafia".
Hoy seguimos pensando lo mismo pese a que, definitivamente, la Unión Ciclista Internacional (UCI -vaya nombrecito) le ha suspendido de por vida y le retira casi todos los títulos. Quizás el chulo de Lance (hay que ser muy chulo para vencer a la muerte que le atenazaba cuando tuvo un cáncer) se dopara hasta los tuétanos aunque, pruebas son amores, jamás se lo detectaron. Pero en el mundejo del deporte las pruebas no son necesarias, sobre todo cuando hay organizaciones y gentes de buen vivir que se dan la vida padre a costa de la lucha contra el dopaje, dando por bueno que en ella VALE TODO. Como en este caso. Si así se condenase a los que pisan un banquillo acusados de robo, asesinato o corrupción, las cárceles estarían a rebosar. Pero el Estado de Derecho no existe en el deporte. Este (sus organizaciones rectoras, quiero decir) se lo ha montado muy bien pastando con dinero público y montándoselo con leyes y normas privadísimas. Claro que mientras que se lo consientan los deportistas y las autoridades...
En fin, que al final han acabado con Armstrong. Sólo que lo han hecho cuando éste ya casi se había retirado del ciclismo. O sea, cuando sus pedaladas por esos mundos del diablo ya no iban a dar un euro y dólar más a los jerifaltes de las dos ruedas y del dopaje. Ellos... que van dopados del virus del "poder" (el más dañino) hasta las orejas y tuétanos. ¡Felicidades, tíos, misión cumplida!
PD: A ver cuando los cruzados antidopaje le echan bemoles al asunto y aplican a los futbolistas (sí, a Messi, Cristiano y cía) las mismas técnicas y modos de control que tienen con los ciclistas. Ah, que hay mucho dinero en juego... Eso, ya lo sabemos...
0 comentarios:
Publicar un comentario