Hay países con condiciones económicas, políticas y hasta ideológicas relativamente parecidas pero que, sin embargo, están en las antípodas en otros asuntos. Por ejemplo, el de la justicia y el orden público.
Hace unos días, en los Estados Unidos, había una concentración ante la embajada de Sudán acusando a su presidente de provocar una crisis humanitaria por bloquear el acceso de comida y ayuda en la región de las montañas de Nuba, en la frontera con Sudán del Sur. Allí había algunos políticos, gente sudanesa y, oh lala, el actor George Cloony, preocupado por el tema desde hace tiempo. De hecho había comparecido unos días antes en el Congreso de los EEUU para denunciar la situación. Por todo ello, siguiendo la concentración había cámaras y micrófonos para dar y regalar. La policía actuó, quizás porque interrumpían el tráfico, quizás porque no estaba autorizada la cosa, quizás porque allí estos perendengues no son muy habituales, y como no les hicieron caso se llevaron a la cárcel a unos cuantos manifestantes, mira tú por dónde, el Cloony entre ellos. Tres horitas nada agradables, privado de libertad. Total, por una concentración de pitiminí. Las leyes americanas son en este tema tan estrechas que uno hasta duda de que en ese país exista democracia.
En España, en cambio, nuestra democracia es tan rumbosa y torera que se va al otro extremo. En Madrid cada día se celebran entre diez y veinte manifestaciones. En algunas, tengan lugar allí o en cualquier ciudad española, hay destrozos del mobiliario urbano, insultos y provocaciones a la policía, cortes de tráfico y... ¡no paaasssa naaadaaa! Ancha es Castilla y ancha Spain, donde si no sales a la calle a protestar armando follón no eres nadie ni nadie te respeta. Aquí nuestras leyes tienen unas tragaderas gigantescas. Pero no pasa sólo en estos temas "menores" si no en otros tan delicados como la violencia pura y dura.
El "Rafita", cuando tenía 14 añitos, participó junto con otros tres tiparracos en el secuestro, violación y asesinato de una chica, por lo que fue condenado y pasó 4 años de condena en un Centro de Internamiento. No hay errata, no: sólo 4 añitos, o sea, un suspiro. El capullo volvió a la calle y siguió cometiendo delitos como el que bebe agua, sin parar, apañándose un historial delictivo que en países como los Estados Unidos ya le habría llevado a la pena de muerte o la cadena perpetua. En Spain, donde ni hay justicia ni se le espera, sigue en la calle gracias a unas leyes siniestras elaboradas por políticos también siniestros y a que algunos jueces son unos benditos cachos de pan. Cuando les interesa mira que retuercen las leyes pero se ve que en el caso del Rafita, y muchos otros, se la cogen con papel de fumar.
La última bendición al secuestrador, violador y asesino ocurrió hace unos días cuando la policía lo detuvo, el tipo les agredió, y cuando llegó al juzgado no tardó ni 30 horas en ser puesto en libertad. Con cargos, eso sí, pero en libertad. Y, dentro de poco, habrá nueva orden de caza y captura porque el menda habrá vuelto a desaparecer y hacer otra de las suyas.
O sea, que lo del Rafita se lo cuentas a George Cloony y no es que se lleve las manos a la cabeza, es que lo mismo se pone a hacer una película sobre la injusticia española y se enteran en todo el mundo, por si aún no lo saben, que aquí los delincuentes viven en la gloria, incluyendo los políticos corruptos, que de esos también tenemos a "puñaos" pero ahí siguen, cobrando del erario público y dando lecciones de democracia. ¡Jodido país! Francamente, ni los estrictos USA ni los viva la virgen de Spain. Ni Guatemala ni Guatepeor.
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