Dicen que el hombre es el único bichejo que tropieza un millón de veces con la misma piedra. Como era de esperar (había que estar ciego) la candidatura de Madrid para organizar los juegos olímpicos del 2020 no llevaba a ninguna parte excepto al futuro desastre de más gasto público, más corrupción, más obras absurdas, etc, pero como los que cortan el bacalao –incluyendo a los impresentables medios de incomunicación, todos a una con los presuntos juegos, por aquello del negocio propio- estaban metidos hasta las cejas propagandísticas en semejante fanfarria, allá que fuimos a Buenos Aires a que nos diera un mal aire.
El 4 de junio ya decíamos “no” a que los alegres mozalbetes del COI nos dieran graciosamente las olimpiadas del 2020, hipotecando nuestro futuro una temporadita más. Ya entonces pedíamos el voto por Tokio, a pesar de los terremotos, fugas radioactivas y sushis incomestibles. Al final éste ha sido el desenlace pues, aunque parezca mentira, el Puñetas tiene más influencias politiqueras y olímpicas que la Botella y el mismísimo príncipe letiziano. Lo nuestro (quiero decir, nuestra desafección hacia lo olímpico y el COI) ya viene de antiguo y, no es por presumir, pero ya hemos escrito casi todo lo que había que escribir sobre el particular. Para desmemoriados o llegados tardíamente recomiendo la lectura de los antológicos (joé, qué pedazo autoestima tengo hoy!) artículos publicados en un blog deportivo anterior: Por el Arco del Triunfo.
Antes de remitir a los enlaces pertinentes pongamos una breve tapa de sentido común y sabiduría olímpica seleccionando, a modo de síntesis y resumen, algunas frasezuelas de las que en ellos aparecen:
• Los vivales del COI no van a dar una explicación del sentido de su voto pues ellos sólo responden ante Dios (el money) y la Historia (la vida padre que se pegan a costa de los tontos del deporte).
• En Londres, Paris o Nueva York se decide cada minuto la vida y hacienda de millones de personas en el mundo, mientras que en Madrid ya no se decide ni siquiera la de los españoles, desde que nos hemos instalado en los nuevos reinos de Taifas.
• He leído en varios foros que en estas ocasiones hay que hablar y defenderse en inglés. Estoy totalmente en contra. Hay que dar trabajo a los traductores simultáneos y el que no sepa castellano, que lo aprenda. Al fin y al cabo, este idiomilla lo hablan en primera instancia la tira de países. Ya solo falta que ni dentro ni fuera del país podamos usar nuestro idioma habitual o mayoritario.
• Que yo sepa, cuando las olimpiadas de Barcelona, no me llevé un duro de ellas y sí que sufrí en carne propia el coste del evento, en forma de incremento de la presión fiscal. Así que menos lobos olímpicos y más currarse la vida cotidiana mejorando la sanidad, la educación y lo que haga falta, que nuestros políticos tienen unas ganas de circo que no veas.
• Lo único cierto es que los zánganos del COI viven de putísima mamuchi, que tienen una delicada obsesión por la pasta gansa y que se lo tienen tan creído que son capaces de poner de rodillas a altos mandatarios del planeta con el lema “una olimpiada, por el amor de dios”.
6/7/2005: Han pasao olímpicamente.
2/10/2009: Por segunda vez, han pasado olímpicamente.
30/09/2009: Vivo sin vivir en mí.
Terminamos con una viñeta donde, tras el fiasco del 2016, señalábamos –en plan patriota- lo que habría que hacer para ganar las olimpiadas del 2020. Como en tantas otras cosas no nos hicieron ni puñetero caso y así nos ha ido, je, je…
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