02 septiembre 2013

1 LA GANSADA DE LA TOMATINA


En estos tiempos idioticráticos cualquier chorrada, máxime si es multitudinaria, tiene garantizado el éxito. En el mes de agosto la tomatina de Buñol ha logrado conseguir el primer premio a la gilipollez festiva sin importarle al público asistente el tener que pagar dinero –por primera vez este año- ni que el tinglado se haya privatizado –por cierto, con la anuencia de los partidos de izquierda gobernantes-. Cientos, qué digo, miles de paletos de medio mundo acuden a Buñol en agosto para tirarse unos cuantos tomates los unos a los otros durante varios minutos. El ritual acaba con su limpia a manguerazo limpio, cual si fuesen bultos o fardos (en realidad, no otra cosa son, pero con patas) y hasta el año que viene en que regresarán para hacer nuevamente el indio tomatero. Muchos buñolenses pasan de esta guarrada del tomate y, si pueden, se largan del pueblo en tan rojizo día, aunque la fiesta no peligra porque ha alcanzado suficiente éxito mundial (tiene bemoles el asunto) como para no necesitar a los lugareños.

La idiocia, vestida de tradición y aparente cachondeo, no tiene límites y semejante fiestecilla (una vulgarota algarada populachera) ha sido declarada fiesta de interés turístico internacional desde 2007, desconociéndose si quienes proclamaron semejante memez estaban bebidos de zumo de tomate o de cubatas. Quede en descargo de la tomatina que hasta el momento es una gansada pacífica y risible, a diferencia de otros festejuelos agosteños en los que el divertimento popular consiste en quemar, ensartar  o violentar vivo a un pobre bicho que no ha hecho mal a nadie. Entre la gansada y la animalada salvaje sigue habiendo una considerable diferencia, lo cual es de justicia reconocer a la afamada tomatina o, más bien, tomataza.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cuate, aquí hay tomate!

MEJORANDO LO PRESENTE

MEJORANDO LO PRESENTE
 

TOCANDO EL VIOLÓN Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates